EDITORIAL. DESDE VILLA DOLORES: NADA QUE REPROCHAR, NADA


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EDITORIAL. Esta vez no nos tocó y punto. Cuando el 29 de Mayo del 2016 nuestra LIF conseguía el título, sabíamos claramente que habíamos entrado en la historia, en la linda. Esta vez no se pudo. Dijimos de regreso a nuestra ciudad – y lo escribimos- que había sido fantástico cruzar esas altas cumbres con el título bajo el brazo. Y le juro que es cierto. Que la sensación es otra, es diferente, aunque no haya nada por reprochar.
Qué se puede cuestionar si fue un penal que se fue arriba, el que nos negó las chance de ser bicampeones. Repasando las fotografías y las imágenes de FOJA TV en la definición del año anterior, nos dimos cuenta que Renzo la tiró al mismo lugar, que en el segundo penal de los dos que ejecutó en Villa Cura Brochero. Sólo que esta vez se fue arriba del travesaño, y el año anterior estuvo cerca de ese caño, pero de abajo…
Que no se pudo porque desde el vamos la mano vino cambiada. Que fue muy difícil superar el impacto de ver a un compañero caído primero, saliendo en camilla después. Compañero, capitán, gran arquero, referente y todo lo bueno que puedas imaginar de un tipo sano como Damián Piana.
Sabíamos que su reemplazante era estupendo también, pero se agotaba un cambio obligado en solo 9 minutos de partido. Que además el capitán, el dueño de la palabra mayor en cada arenga, se estaba yendo en ambulancia. Cuando se pudo salir de esa conmoción, el equipo generó un par de chances por arriba.
La más clara fue la que peinó Omar Broiero y no entró porque no entró. El legendario flaco Castro se había quedado parado y no hubiera podido evitar el gol. También el «Rafa» Minetti había cabeceado desviado desde buena posición.
Cuando parecía que los planetas volvían a alinearse, el seleccionado se quedó con uno menos, porque el Rafa Gasparotto se fue expulsado por una fuerte infracción. No mucho mas fuerte de lo que se estaba poniendo, pero dos amarillas son rojas y chau.
Entonces había que jugar todo un tiempo con uno menos… Y para completar las señales en contra, llegó el flaco Comini, el mismo que chocó con Damián a los 9 y nuestro arquero terminó hospitalizado, para, a solo falta de 13 minutos para que el partido terminara, el mismo que nos sacudió el palo en el PT, esta vez metió un centro con pierna cambiada y nada, nada, era una pelota mas, pero se le ocurrió rozar la testa de «Pajarito», se levantó como un globo y cayó allá lejos, inalcanzable, pero dentro del arco de Alexis.
Entonces tanta mufa junta es complicada. Eran demasiadas señales que te dicen que la copa se aleja y en frente está Río Tercero. Clásico de clásicos. Bien apretados. Suspicacias siempre. Como en cada partido de fútbol va…
Pero todavía podíamos volvernos con la copa, volver a cruzar esas moles interminables de piedra y tierra que son las altas cumbres, como un grito a la desafiante naturaleza en estado puro, con la satisfacción de ser campeones… Todavía era posible y cuando el juez dejó pasar la primera mano a la salida de un tiro libre, las suspicacias aumentaron hasta la irritación, pero ahí nomas el negro Collautti levantó otro centro, hubo otra mano y de dos cobraron una y era penal y casi nada faltaba y …
Hacía un rato que el Gato había sacado a Nico Girotti, amonestado y de gran final. Collautti estaba en cancha por Verdicchio, el zurdo hijo de Nando. En Oliva aprendimos a conocerlo así al volante de Unión. El único de Oliva en cancha fue hasta cerca del lateral a buscar la pelota que habían revoleado. Mierd…. Qué momento !. Hay que estar correctamente loco para que no te tiemblen las gambas y agarrar la cinco y encaminarse hacia los 11 metros que separan a uno de otro. A uno, Iván Castro. A otro, Omar Broiero. Entonces recuerdo que de chico, «Pajarito» era un «gordito» que quería jugar siempre, pero algunos kilos de mas parecían hostigarlo. Pero nada, siempre tuvo una voluntad inquebrantable para templarse el alma. Es seguramente, el jugador de LIF que más penales pateó en un provincial. Es que se hizo cargo desde que yo tengo uso de razón de los penales en la sub que fuere. Es que el tipo era 9 hasta que Elvio Fulgenzi, un sabelotodo formador como pocos, lo mandó de 6 y listo. Ahí vas a jugar le dijo. Eseee, ese iba caminando hacia el único arco que no tiene tribunas atrás. El año anterior, en aquella inolvidable definición por penales, había tenido la osadía de picárselo al legendario Iván Castro (seguro, el jugador del interior del interior con más títulos provinciales, clubes a rolete + selección) y ahora estaban otra vez face to face.
«Pájaro», aquel Deportista de Oro de nuestra fiesta en el 2008, muy cerca de ser alguna vez también jugador del año, tomó carrera y metió un fierrazo. Tremendo derechazo, alto, cerca del travesaño…. goooool si gollllll  para gritarlo siempre… mas sabiendo que no quedaba nada.  Llegó el final. Con un hombre menos y todo lo dicho y gritado, estábamos aun con vida, cerca de la hazaña deportiva. Eso hubiera sido si dejábamos sin copa al poderoso RT con uno menos y todo.
1 - provincial pianaPero no, esta vez, no fue. Los que el año anterior no fallaron, les tocó ahora. Omar Broiero y Renzo Mansilla habían anotado dos penales cada uno entre los 17 que había convertido la LIF en aquel tremendo 17-16 tras 38 ejecuciones, del domingo 29 de Mayo del 2016.  Pajarito le dio fuerte, recto, cambiando el lugar del ejecutado hacía apenas unos minutos en el final del tiempo reglamentario. Castro hizo lo mismo que en el partido. Fue a su izquierda, y esta vez tapó. Renzo, le dio con cara interna, pero su remate se levantó demasiado. Una pena, solo una pena, pero nada por reprochar…
Desde el primer jugador hasta el último integrante de la delegación. En traslasierra, los dirigentes se pusieron a la par de los jugadores. Y aunque tengamos insalvables diferencias, es de digno reconocer que se arremangaron para atenderlos y eso los hizo a todos más iguales.
Vimos a los Leiva jugar como si nada. Gabriel, el «Mono», el mayor de un trío puro fútbol. Y a «ese» Germán Beck, capaz de colgar del ángulo del arquero de Cruz del Eje un zurdazo estupendo, casi inolvidable.
Muchos estuvieron el año pasado y los hemos visto campeones, como Damián – que pena su lesión – el Rafa Minetti, Renzo, Pájaro, el Nico, que llegó y se ganó la titularidad, o el mismo Facundo Caddoppi. Lamentando las lesiones de Lucas Mayorga, otro enorme jugador y las recomendaciones por tener a Pablo Francés, del que siempre se habla maravillas. De cuatro que sumó la banda a la Selección se lesionaron tres, mufados estuvimos si. Si estábamos todos, hubiésemos vuelto de las altas cumbres con la copa, seguramente. Pero no.
El corazón del pibe Pierrot para jugar como al Gato le gusta, acelerando. O Salvucci, sobrio, tan parecido a Franco Peruccia !. Verdicchio, otro estilo Bujedo, zurdo que siempre va. Atlético Matorrales puso dos jugadores de selección. El «Rafa» Gasparotto, todo terreno que lamentará la expulsión mucho tiempo y Nico Collautti: nos sorprendió gratamente. Los de la «J» fueron Nico Altamira y Ramiro Maggi. Dos delanteros de fuste. El hijo del «gato» Altamira ratificó su rol de goleador: hizo 2. El hijo del gran arquero, mostró el sacrificio de siempre. Y sin Piana, Alexis Piccinelli demostró que la rivalidad clásica es solo afuera. Adentro, bien solidario. Atajó con Cruz del Eje y casi toda la final. Sacó tres pelotas bien complicadas, especialmente una con mano cambiada y estuvo muy cerca de sacarle el penal al mismísimo Castro. Solo nos queda aplaudir. Y lo hacemos con ganas. Esta vez, se fue afuera.

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