
Por Fede Cravero, enviado especial.
Cuando decidimos ir a Rosario a transmitir por la radio el cuadrangular de básquet, estábamos convencidos de las posibilidades de Independiente de poder ganar y seguir avanzando en el certamen. Y hoy, con la eliminación a cuestas, seguimos sosteniendo que el equipo de Oliva podría haber llegado a semifinales. Pero en el básquet como en otro deporte, se gana y se pierde y a veces no alcanza con tener un buen plantel o hacer mérito. Sino pregúntenle a la Selección Argentina de fútbol que estuvo 28 años sin festejar un título y méritos hizo un montón para conseguirlo antes.
En estas instancias, los detalles hacen la diferencia. Porque todos los equipos que llegan son buenos y cualquiera puede ganarle a cualquiera. Por poner un ejemplo, 9 de Julio de Río Tercero se retiró del certamen cuadrangular sin ganar, pero tranquilamente podría haberlo hecho ante Suardi, el domingo, sino fuera por esa jugada NBA de Esteban Ledesma que a falta de 6 décimas de segundo metió un doble de locos.
El propio Sportivo Suardi, a priori, el rival “más accesible” de los tres, fue el que mejor jugó el fin de semana. Sorprendió a Independiente el viernes ganándole bien y el que complicó sobremanera al local el sábado, llegando a tiempo suplementario para definir el partido, que finalmente fue de Gimnasia.
El local no perdió ningún partido en play off, ganó los 3 de la instancia de Octavos de Final y los 3 de Cuartos de Final, pero no saben lo que le costó ganarle a los tres equipos este fin de semana en Rosario. Tiene una particularidad, además del rico plantel, cuando más apretado está, saca un plus que revierte toda contra.
El equipo de nuestra ciudad estuvo a la altura de semejante exigencia en dos de los tres partidos que jugó y esa ventaja, en estas instancias, no podes dar. El debut ante Suardi estuvo lejos del esperado. El equipo nunca evidenció una reacción en 35 minutos de juego y solo en el final mostró algo para rescatar. ¿Habría sido distinto si el rival del viernes hubiese sido 9 de Julio? El fixture fue cambiado a un día del debut y generó varias sospechas y críticas de las delegaciones que viajaron a la ciudad rosarina.
El sábado, Independiente demostró a qué fue a Rosario y ante el clásico rival esgrimió muchas de sus cualidades. Defendió una locura, jugó en equipo, se pasó bien la pelota en ataque y tuvo en Pautasso a su gran figura. Le ganó bien al “patriota” y con la confianza de la victoria fue en busca de la clasificación.
Para lograrla había que ganarle al local, algo que nunca había conseguido Independiente en la fase regular, pero no solo eso, había que ganar por 10 puntos de ventaja para que en el triple empate el de Oliva supere al de Rosario.
Fue un partidazo, Independiente jugó uno de sus mejores partidos, complicó al local, lo superó por momentos, estuvo abajo en el marcador y reaccionó, estuvo arriba y logró despegarse, hasta incluso fue ganando por 11 puntos, la diferencia que le hacía falta para llegar a la próxima instancia. Pero no alcanzó. Al partido le quedaban minutos por jugar y el local resurgió de sus cenizas. Apareció Fredes y fue clave en la definición y al gordo Chiana no hubo forma de pararlo. Quizás esa diferencia de alcanzar le jugó en contra al de Oliva y en el final se le escapó. Porque estaba para ganarlo.
Los detalles estuvieron y en estas instancias se pagan. Pero no me quiero detener en eso. Quiero destacar el alto nivel de básquet que fuimos testigos durante las tres jornadas, y el club de Oliva estuvo en ese nivel. Llegar a estas instancias, ver los enormes jugadores que hay en la cancha y tener a un representante tuyo en ese lugar es para sentirse orgulloso.
Como hace casi 31 años, FM Joven dijo presente. La radio siempre estuvo con nuestros deportistas y en un año de poco deporte fue un lujo estar en Rosario transmitiendo el cuadrangular. Porque una cosa es verlo por streaming y otra es estar ahí.