ENTREVISTA: FERNANDO SIGNORINI, EL PROFE DE DIEGO.

  • ¿Cómo llegó a ser el preparador físico de Diego?
    Estaba en momento y lugar indicado cuando el 24 de setiembre de 1983 Andoni Goicochéa tuvo la “muy buena idea para mí”, de romperle el tobillo a Diego, porque ese fue el argumento principal. Porque después de la rehabilitación que hizo, me ofreciera quedarme a trabajar como su preparador personal, una profesión que él estaba inventando. No existía, yo fui el privilegiado.
  • ¿Cuando llega a España donde se instala?
    En Madrid primero porque no había vuelo directo a Barcelona, después 3 o 4 días en Madrid, ahí fuí a Barcelona. Quería presenciar los entrenamientos del DT que más me había seducido con su propuesta de juego, sino también con la concepción ética que el tenía de lo deportivo: César Luís Menotti. Después tuve el privilegio de trabajar durante una década en equipos de Argentina y el exterior. Esa fue la razón por la que fui a Barcelona.
  • ¿Cuál fue el primer contacto con Diego, pegaron onda?
    Si, fue casi espontáneo. Diego tenía recién 22 años, era un nene, al que ya lo estaban obligando a vivir y tener actitudes de un adulto. La primera vez que hablamos, fue el 28 de junio del 83. Estaba esperando que se habilitaran las puertas al Nou Camp, para el último entrenamiento táctico previo al partido que al otro día iban a disputar contra el Real Madrid por la final de la Copa de la Liga. Fue cuando en ese momento el, inesperadamente, llegó primero -siempre llegaba último-, quiso entrar y estaba la puerta cerrada. Fue ahí que se me ocurrió decirle -él no me había visto- “viste después dicen al que madruga Dios lo ayuda, llegas temprano y está la puerta cerrada”. Se sorprendió, vino caminando hacia mi, riéndose… después de ahí el viajaba a Argentina, después se iba a una pretemporada en Andorra. Le dije que también iba a ir, así fue, llegué a Andorra y nos volvimos a encontrar, comenzamos a tener una relación de mucha empatía y afecto…
  • ¿Llegaste a ser su amigo?
    Miro con bastante recelo la palabra amigo. Creo que fuimos más compañeros, porque lo de compañero es más ideológico. Te acompaña hasta las últimas consecuencias. Lo importante es que teníamos una relación de mucha cordialidad, ternura. Él era un nene, que estaba descubriendo un mundo fantástico, que ascendía gracias a su talento, magia, hacia una altura que nadie lo había preparado, el mismo lo dijo, me pegaron una patada y me tiraron a la cumbre y nadie me explicó como sobrevivir en eso.
  • ¿Cómo era en esa relación de compañero?
    Un chico muy divertido, atorrante, vago, pícaro, muy solidario. Después fue creciendo con las cosas que uno puede tener, sobre todo estando en un país lejano, lejos de sus afectos. En principio fue difícil. Primero tuvo una hepatitis, después una fractura, en un ambiente que no era favorable. Había una parte del periodismo con intereses cruzados, entre Madrileños y Catalanes. Los diarios de Madrid eran muy críticos con la vida privada, porque en lo futbolístico nadie le podía reprochar nada, porque jugó en gran nivel, limitado por esas grandes interrupciones…
  • Salto en el tiempo, ¿cómo eligieron prepararse en ese Campo en La Pampa?
    Eso surgió a raíz después de la Eliminatoria con Australia, ya clasificado al Mundial del 94. Me llamó para pedirme que lo ayudara, en esa que iba a ser su última gran aventura. Quería jugar sabiendo que no le iba a ser fácil, porque había abandonado el fútbol, había aumentado 30 kilos, los había bajado, estaba con su problema de adicción también. Había 3 lugares para elegir, yo elegí precisamente ese porque era un campo, en la provincia de La Pampa 40 km de Santa Rosa, pleno desierto verde. Le dije, para llegar donde querés llegar, tenés que salir del mismo lugar, tenes que salir de Fiorito. Necesitaba un lugar con mucha intimidad, lejos del enjambre que siempre se movía a su alrededor, tenía que reencontrarse con el mismo, con sus orígenes, por eso la cercanía con la naturaleza, casi todas las tardes con su papá, Marcos Franchi, nos sentábamos a tomar mates y mirar la puesta del sol. Don Diego estaba fascinado, buscaba todo eso porque sabía que lo iba a tranquilizar, junto a un núcleo de personas que le interesaban más Diego, que Maradona.
  • ¿Cómo era la rutina?
    Despertábamos tipo 8,30 de la mañana, rutina bastante dura y le permitía a el que se fuera adaptando. Almorzar, siesta corta, a la tarde nos íbamos a Santa Rosa, hacíamos sesiones en un gimnasio de Campanelli, quería utilizar motivaciones que eran divertidas, hacia round de guantes con Miguel Angel, para favorecer toda la movida articular, hacíamos bolsa, soga, terminábamos en un momento de relajación en una pileta, después volvíamos para a cena, partido de truco de 6 y a dormir.
  • Yendo al mundial de 1986, estos 35 años del 22 de junio, de el mejor gol de la historia del fútbol mundial, ¿dónde estabas?
    Estaba atrás del arco de Shilton, a la derecha, la distancia que va entre el área chica y el área grande, unos 5 metros de la línea de fondo porque adelante estaban los camarógrafos, cuando la jugada comenzó a prosperar, todos se dieron cuenta que algo raro iba a pasar, comenzaron a pararse, yo luchando para hacerme un lugar para ver, y no lo pude ver, escuché que el estadio explotó, así que lo tuve que ver cuando volvimos a la concentración, después conté los pasos y estaba a 14 metros de donde la pelota había entrado, pero es como estar en el ringside y no ver el knockout.
  • La foto más bonita de ustedes es en el final de ese partido, en el festejo, Diego te está buscando para abrazarte.
    Si, fue así, al final, entré y había un montón de gente, no recuerdo porque entraba tanta gente, en eso escuché un grito, miré hacia a la derecha y era él, pegó un salto y se me colgó, un abrazo que recuerdo con mucho cariño.
  • ¿Te emociona recordar todo este paso?
    Si, pero con el paso del tiempo lo tomás de otra manera. Prefiero no dejarme arrastrar por ese tipo de sentimiento, vale vivirlo en el momento, después recordarlo con mucho afecto.
  • ¿El gol de la mano de Dios lo pudiste ver?
    No, si no lo vio ni el árbitro…
  • ¿Percibiste que había sido con el puño?
    No, me pareció raro pero pensé que el arquero había errado el manotazo, que por eso había sido, se alinearon los planetas para que eso terminara siendo gol.
  • ¿Ser el Preparador Físico de Maradona te cambió la vida?
    Por supuesto, en aquel momento no era conocido, hubo tiempo para ir adaptándose.
  • ¿Cómo fue vivir en Nápoles?
    Fue como vivir adentro de un lavarropa, una locura, la pasión del napolitano era insoportable, pero también divertido e inolvidable, el Nápoli había ganado solo una Copa Italia en toda su historia, a partir de ahí, se consagró en uno de los equipos más poderosos del mundo, ganó 2 scudettos, perdió uno que lo tenía ganado, ganó la Copa UEFA, Supercopa, Copa Italia, era impensado, fue inconcebible…
  • Formaste parte del Cuerpo Técnico de Diego en su paso por la selección.
    Si, en el 2010 en Sudáfrica, quizás le hubiese faltado un poco más de experiencia, porque la experiencia es una de las mejores maestras, pero el estuvo a la altura de la circunstancia. Un plantel conformado por un alto porcentaje de chicos muy jóvenes, Lio había cumplido 23 años en el mundial, Di María, Higuain, Agüero, el mundial de ellos iba a ser el próximo el de Brasil, iban a tener la edad de Diego en México…
  • ¿Cómo recibiste la noticia del fallecimiento de Diego?
    Estaba en mi casa, me llamo un amigo, también amigo de él. Lo que me sorprendió es que todavía estuviese vivo después de haber vivido la vida tan exagerada que tuvo, sobre todo en el último tiempo. Cuando salió a la cancha de Gimnasia en el día de su cumpleaños, pensé que era el final, no quedaba prácticamente mucho más, no le quedaba mucho tiempo, como pasó después, hacia rato el caminaba al borde del abismo, cual brisa lo podía llevar al fondo.
  • ¿Pensas que si estaba rodeado de otra forma la historia hubiese sido distinta?
    No se, porque nadie se muere en la víspera, cada cual tiene el destino marcado. Lo que le paso era lo que tenía que pasar, después es muy difícil. No conozco a nadie de su entorno, lo conozco a través de los medios, pero yo a los medios no le doy ningún tipo de importancia porque resultan que ahí son todos perfectos, nadie se equivoca, son todos guías morales. Quisiera verlos en su intimidad que hacen. Lo único que se que la gente que estaba conmigo era la gente que Diego quería que estuviese con él. Yo no tengo ningún derecho de elegirle los amigos y compañía a nadie, si después hubo negligencias, responsabilidades o ilícitos, que actúe la justicia, pero por qué tiene que ser Ventura, Fantino, o todos estos tipos los que tienen que opinar, que traten de buscar la solución a su bolsillo.
  • ¿Cuán difícil era ser Diego Maradona?
    No, si hubiera sido difícil no hubiera sido un problema, era imposible.
https://www.youtube.com/watch?v=jsEX1_S7p50

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