Una torre humana sobre Ayrton Páez. Fue a los 15´del ST, luego de haber anotado el 2-0.
A veces jugar se parece a un poema. Ticino Campeón. Páez, vayamos a ver a Páez. El jugador del pueblo que el 3 de setiembre recién cumplió 26 años. Atlético Ticino Campeón del Clausura 2019, el domingo 5 de enero del 2020. Hubo que esperar «un año». Y si, está bien.
El partido lo gana Atlético Ticino (bien parado, sin distracciones, no le «entran al área») con aquel gol apenas comenzó del grandote Lautaro Monje y después, los de Vicario no la tuvieron y el equipo de Cristian Agosto manejó más la pelota, pero nunca le alcanzó para ser mejor. Con el 8 en la espalda, el larguilíneo defensor abrió la puerta hacia el título con un cabezazo de lungo. Largo, alto, imposible. 1-0 a los 4´.
Ayrton Paéz estaba demasiado adelantado parecía, medio solo. Pero todos esperaban que algo hiciera. «Algo» es juego bonito. Juego en serio. Fútbol. Magia. Y ese flaco lleno de barba que no supera el metro setenta, ese de pantorrillas desgarbadas. Ese lo hizo. Dos a falta de uno. Goles. Golazos. Dos obras de arte casi.
A los 15´del ST, apiló por afuera y cerca de la línea de fondo, puso con exactitud la mira. No había demasiados espacios. La línea y el arquero saliendo quitaban oportunidades. Pero cruzó el remate. Parece que se cae, que ya se cae, pero sigue. Pasó a uno, se abrió, pasó a otro, aceleró mas y estaba ya en situación de gol. Fino, con clase, la metió por el único lugar. Golazo. Golazo enorme.
Así, ya había devuelto el precio de la entrada. Pero volvió a dibujar. Tirado a la derecha, como todo zurdo, pero mejor. La robó, y pasó milimétrico entre tres rivales, el común denominador de un jugador pequeño es terminar en el piso. Páez no lo es. Por eso, cuando el más próximo de sus rivales quiso tocarle el botín, sacó un remate por elevación, que con el arquero a mitad de camino, tan adelantado como sorprendido, solo pudo mirar como la redonda caía como un globo detrás de él y grito de gol se hacía interminablemente adjetivado. La mayoría se agarró la cabeza previo a decir… «Noooo, no puede ser que le vaya a pegar desde…» antes que terminara la frase «..desde ahí»…la pelota estaba viajando hacia el éxtasis masivo. El petiso (algunos lo llaman así) o el Wachín (como le dicen otros) o simplemente Ayyyyrtonn (como le grita la gente) la había puesto de emboquillada con la perfección de un remate teledirigido por la abrumadora astucia del «jugador del pueblo». Una estruendosa ovación lo acompañó. El estadio lo aplaudió. Debía ser así. Semejante gol no podía recibir otro premio.
El nuevo título de la mano de Germán Vicario (cosa seria eh!) ya era una realidad, pero Paéz, tenía un bonus track para los amantes del fútbol que nunca lo habíamos visto en directo. Criatura de Dios !!!! (como dice Cacho) que golazo !. El partido estaba 3-0. Solo iban 24´del complemento. Todo lo demás, estuvo de mas. Salud Ayrton !. Salud Campeón.
1-0. Lautaro Monje (8) viene de anotar el primer gol del partido, Emanuel Coria (11), Javier Bergese (3) y Gonzalo Bértola (7) vienen con el goleador.
EL FESTEJO. Ticino vuelve a ser Campeón y su gente celebra con los jugadores. Bien.