1ª División, Cuartos de Final. VÉLEZ CELEBRÓ UN CLÁSICO INOLVIDABLE

Carlos Ronco y Alejandro Cascé lo impidieron. Los dos respondieron, cada uno a su turno. En especial el arquero velezano.
Lo ganó Vélez porque plasmó en cancha su mejor andar y supo atravesar los momentos difíciles de la serie.
La tensión con la que se jugó el clásico hasta antes del decisivo gol de Andrés Ferrari, no registra demasiados precedentes.
Tal vez sea por la doble competencia. El ya tradicional clásico liguero, venía con un plus: tercera división.
Y esa adrenalina, era palpable en cualquier lugar. Todo fue tensión hasta que el “Toto” Ferrari se metió de lleno en la historia grande e interminable de los clásicos. Definiendo con clase y casi sereno un partido que explotaba por todos lados. La previa fue el jueves, en el “Tati Ciccarelli”. La revancha el Domingo, en el “Rosario Vera”. Salieron dos partidos bien organizados y atractivos. Es que nadie puede dejar de jugar, si desde afuera te acompañan con semejante dignidad de hincha. Te revoluciona. Multiplica la ya abultada motivación.
IDSC estuvo cerca de golpear a Vélez en la ida. La temprana definición de Facundo Oviedo, clavó el puñal en el lugar dónde más le dolía: en el lugar de Giubergia, ausente con cinco amarillas.
Ese 1-0 fue una muestra. IDSC fue mejor con la pelota y sin ella. 25´minutos mejor. Después Vélez se acomodó. Pasó el temblor y lo empató cuando Navello dejó de taco una pelota camino al área y Villalón la colgó del ángulo de Ronco, 1-1.
Entonces, Vélez fue más. Berdini tuvo el gol, pero se le fue ancha.
En el complemento IDSC volvió a mostrarse mejor primero, pero sin la explosión del arranque del juego.
Los arqueros trabajaron: Mattia en cancha fue una alerta permanente. La primera casi es gol. La tocó por arriba y un defensor velezano lo evitó. Ronco después de una jugada preparada de la visita, le tapó el gol a Berdini, ganando el mano a mano en gran forma.
Nigro y Cascé protagonizaron una jugada determinante: el arquero sacó una pelota casi imposible, cambiando de mano, tras el cabezazo del capitán local.
Vélez sufrió la parte final. A la ausencia de Giubergia, le sumaba la lesión de Ulises Junco para jugar un cuarto de hora más la adición de Echavarría.
Y cerca del final Martín Oberti la hizo rebotar en el caño, en Cascé y se fue afuera…
El clásico había respondido a las expectativas que todos se habían generado con el tradicional choque.

En la revancha, no había lugar para dos. Solo uno continuaría su camino en el torneo apertura. Pero el drama no estaría ausente…
El gol tempranero de Lucas Navello para anticiparse al cierre de un defensor y desviar al gol el centro de Franco Girotti pareció acomodar rápidamente al local. El volante derecho de Vélez se llevó gran mérito en esa conquista, porque fue justo y efectivo en la presión, para robarle la pelota a Domínguez y enviar un centro exacto. 1-0, a los 7´del PT.
Unos minutos antes, casi en el mismo arranque, Manzanares obligó a Cascé a una gran intervención. El arquero respondió primero ante Manza y poco después ante Mattia.
Al rato, Ronco mostró lo suyo tapando ante Berdini y Navello…
Pero la alegría local volvió a transformarse en sufrimiento, cuando Joaquín Vélez, ya amonestado, llegó tarde a un cruce y se fue de la cancha por doble amonestación.

Ahí nomas, otra vez, del sufrimiento a la alegría: el capitán Giubergia cayó “tacleado” en el área por el menor de los hermanos Oberti y desde los doce pasos, “Pelito” Iván Berdini puso el 2-0.

Ahora, el que iba a parar de sufrir era IDSC. Cuando parecía que la diferencia de dos era determinante, Nicolás Girotti, acaso su mejor hombre en la histórica llave clásica de cuartos, la empujó a la red cerca del segundo palo, tras un tiro de esquina. 2-1.

Los últimos 45´ se jugarían con un gol más para el local, pero con un hombre menos. Pablo Suárez sacó a Girotti amonestado e ingresó Olariaga, con la idea de atacar más, pero eso no pasó. IDSC se fue desdibujando. Vélez no cometió errores. Fue sólido y solidario. Y en el cierre, selló su pasaporte, con una definición exquisita de Ferrari. Vélez festejó en un cruce clásico inolvidable.

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